Alguien había robado unos papeles referentes al Santo Grial. Lo presentí incluso antes de que Su Santidad hiciera llegar su noticia al resto de Cardenales.
Maldición...
Necesitaba un plan. No podía haber sido robado tan facilmente. Todos mis sueños, mis delirios de grandeza, ahora quedaban reducidos a una cosa: buscar al ladrón y matarle.
Froté mi frente perlada de sudor con el dorso de la mano y respiré profundamente. Tenía que pensar y relajarme.
Salí rápidamente del lugar y comencé a dar tumbos por el lugar.
Encontré a una muchacha vendiendo flores en una esquina. Sonreí y me pasé la lengua por los labios. Avancé hacia ella, pero llegó un hombre y ambos se fueron, charlando y riendo.
Frunzo el ceño, enfadado. Podría hervir a esa pareja ahora mismo si me lo propusiera, pero al final, decido que es más sensato calmarme y suspiro.
Continuo paseando por la calle mientras varias personas se inclinan en patosas reverencias y se santiguan al pasar por mi lado. Sonrío. Me encanta tener ese protagonismo.
Una madre se acerca corriendo con una niña de unos nueve o diez años en brazos.
-Señor, -dice, mientras aparto la mirada de sus dientes podridos y ausentes en su mayoría ¿es que estos míseros plebeyos no tienen ni un mínimo de higiene? Qué asco- mi hija está muy enferma... si pudiérais llevarla hasta el Papa y curarla, por favor...
Sonreí. Iba a poder calmarme después de todo.
-Por supuesto, ¿cómo se llama?
-Dora.
-Muy bien, pequeña Dora, ven conmigo. La traeré dentro de media hora. Quizá un poco más.
-Muchas gracias, Cardenal, que Dios le bendiga.
Por supuesto que no iba a llevarla hasta el Papa. La niña no tenía más que unos cuantos mocos y toses. La llevé a mis aposentos y allí le dije que, si quería curarse, debía quitarse la ropa. La niña, inocentemente, obedeció y lo hizo. Oh, qué lindo cuerpecito.
-Y ahora... -dije, mientras me quitaba la sotana- tienes que tocar esto de aquí y metértelo en la boca. Si muerdes, Dios te castigará.
-¿En serio?
-Sí, si lo haces bien, al cabo de un rato saldrá un líquido que te curará.
...
Devuelvo a la niña tras hacerle jurar ante Dios que no dirá nada de lo sucedido, pero ha quedado algo traumatizada e impura. ¿Y a mí qué? Ahora estoy mucho más relajado para pensar un buen plan.
Seguramente el Papa enviará de inmediato a algunos Cardenales y Sacerdotes para buscar el Santo Grial y destruirlo, y seguramente a algún que otro asesino o ladrón. Me presentaré voluntario, y cuando lo tenga entre mis manos, beberé vino de él y me convertiré en el más poderoso del mundo.
Me froté las manos mientras me dirigía de nuevo a mis aposentos.
OUT// Vale, mierdecilla con patas xD tanto el post como el desgraciado del pj xDU al final sólo le ha faltado un MUAJAJAJAJAJA xD//
Neptune empezó su búsqueda a las 4:51 p. m.
