
Había conseguido llegar a un pueblo en el que, al parecer, la actividad de los miembros de la Iglesia en él era, al menos comparada con el resto, menor. Odiaba a esos capullos engreídos y, aunque ansiaba acabar con la vida de alguno de ellos, debía centrar mi interés en el verdadero motivo de mi viaje: El Santo Grial.
Cierto es que muchos lo consideran una leyenda pero, no lo es. Mis padres consiguieron grata información, suficiente como para poder saber que existe y encontrarlo. Pero esa información fue pasto de las llamas hace ya muchos años atrás.
*********
En aquel cuarto la luz incidía, hasta que recorrió toda la estancia y llegó a mi rostro. Hacía horas que estaba despierta, sin embargo, mi mente había decidido ir varios años atrás, rondar por mis recuerdos hasta poder ver el rostro de los hombres a los que más odio.
Abrí un ojo y miré hacia la ventana, fastidiada, luego me senté en la cama. Mi cabello rojo caía por mi rostro, aún continuaba semidormida. Sin embargo, me levanté poco a poco, me estiré y busqué con la mirada mis pertenecías. Avisé a una de las empleadas del lugar y, tras pedir que me preparasen un baño, decidí disfrutar de éste. Me esperaba un largo viaje, iría a cualquier lugar, hasta al infierno, por un poco de información sobre el paradero de aquel santo objeto.
Para cuando regresé a la taberna del lugar, me mantuve esperando en una mesa mi comida. La gente hablaba, cuchicheaba, con una sonrisa llena de avaricia. ¡Había nueva información, información que me interesaba! Escuché atentamente y, aunque era algo confusa, acabé sonriendo. Realmente me era útil. Me levanté, sin probar la comida y me marché de allí, no sin antes tomar mi macuto y mi espada. En la calle el tema de conversación era el mismo, pero me daba la sensación de que cada cual la manipulaba según sus intereses. Realmente, cualquiera que estuviese interesando en dicho objeto desde hace tanto tiempo, consideraría aquella nube de información como algo negativo. Más competencia… Pensarían. No obstante, para mi el hecho de que tanta gente lo desee, en realidad, no me afecta. Al final de toda esta caza, acabaré teniendo en mis manos el cáliz. El Santo Grial es mío.
-Disculpa-dijo una vocecilla, luego supe que no se dirgía a mí sino a un hombre un poco más cercano-¿Por casualidad no conocerás una posada barata y decente, verdad, buen hombre?
Me fije en la chica. Muy joven, ropas bárbaras...
El hombre le sonrío.
-Sí...¡mi cama!-y se echó a reir.
La niña frunció el ceño.
-Ehm...-Suspiré, el tipo de miró de reojo, era incapaz de ver mi rostro pues llevaba puesta la capucha.-
-Repite eso-la chica se puso de puntillas y golpeó repetidas veces al hombretón con su dedo índice justo en la punta de la nariz-y como dice mi padre, "cuando despiertes no sabrás qué te arrolló"
-¿Pero qué?-dijo el hombre, boquiabierto-¡Niña insolente!-levantó el brazo para golpearla.
Boztecé mientras les miraba de reojo, luego me dispuse a marcharme pero... Miré de nuevo al hombre. Aparentaba tener dinero... Quizá... Sonreí. Justo cuando se disponía a golpearla, sujeté su brazo con fuerza y se lo retorcí, mientras colocaba una daga en su cuello. Reí, y él no pudo hacer más que mirarme sorprendido.
-Eres un capullo.-Informé, luego le miré.- ¿Lo sabias?
-¡Por las gaitas prohibidas!-exclamó la chica con acento raro, luego se rió-¡Parece que te has metido en un lío, viejo!
El tipo intentó forcejear, le fue imposible, luego le pateé el trasero haciendo que chocase contra una pared. Me coloqué delante de la chica. El tipo volvió a arremeter contra nosotras.
-De acuerdo.-Asentí levemente.-Pensaba dejarte en paz.... No obstante...
Cuando llegó hasta a mi le pateé la cara, cayó hacia atrás sangrando y volví a sonreir. Otros hombres, que aparentaba ser sus compañeros me miraron de reojo.. sin embargo,mostré mi espada y se marcharon sin decir absolutamente nada. El tipo estaba sin conocimiento, por ello me acerqué y tras quitarle su dinero, miré a la chica.
-¿Estás bien?-Pregunté.
-¿Bromeas?-dijo riéndose-¡No he estado mejor en mi vida!
-Bien.-Respondí, luego me acerqué.- ¿Buscas una buena posada?
-Así es-luego miró mi pelo y encarnó una ceja-Hmm...¿irlandesa?
-No.-Negué con la cabeza, al menos no me decía demonio.
-Qué pena-se encogió de hombros-¿Decías de la posada?
-Por allí hay una buena.-Respondí, señalando en la dirección por la que yo había venido.- "El Pez Cejudo". No es cara.
-Curioso nombre, me pregunto a qué sujeto se le ocurriría-se estiró con descaro-.Bueno, joven señora, gracias por tu ayuda aunque no me hacía falta.
-Supongo, pero me aburría.
-Una afición encantadora-hizo crujir sus nudillos distraídamente y se dio la vuelta-¡Hasta la vista, supongo!
-Adiós.-Tras eso, me giré hacia la salida de la ciudad. Debía darme prisa, el Santo Grial tenía que ser mio.
-Cuenta una historia que el viento susurró...al bosque sobre el Gria~l-la chica se iba en dirección contraria, pero...¿qué demonios cantaba?
Me detuve bruscamente y miré hacia ella. Continuaba cantando aquella cancioncilla, pero a medida que se alejaba de mi cada vez la entendía menos. Por eso, continué andando detrás de ella. De acuerdo, una canción no es una fuente de información fiable, sin embargo... Continué escuchandola.
-...y un pueblo llamado celta al que vida enterna dio~
-...¿Qué cantas?-Espeté de pronto, nerviosa.
-Una canción de mi pueblo-se paró y giró la cabeza para mirarme.
Iba a hablarle, pero estabamos en medio de un gran grupo de personas. Hablaban del Santo Grial, la chica se quedó oyendo, interesada.
-¡Así que alguien ha robado el documento!-exclamó alguien-¡Al fin, una información que no sea de cuentos ni de canciones, sino del propio Vaticano!
-¡Podremos hacer nuestros sueños realidad!-Exclamó otro, entrecerré los ojos, sonriendo.
La muchachita suspiró, y también sonrió. Luego se dispuso a alejarse del grupo.
La seguí, realmente*_* aquellos charlatanes me daban dolor de cabeza pero, por otra parte, me permitieron descubrir que aquella chica iba en busca del Santo Grial también. Esa reacción fue bastante peculiar, con respecto al resto de la gente.
De pronto se detuvo en seco.
-Ejem...¿Alguna razón especial por la que seguirme?
-¿Estás hablando conmigo?-pregunté mientras la miraba de reojo.
-No, con el fantasma de mi abuelo...¡Pues claro que hablo contigo!-se giró mirándome con enfado.
-No es necesario ponerse así.-Espeté.- Tengo que ir a la herrería y se va justo por aquí. ¿Ententido?
-¿Entendido?-repitió con voz burlona, luego se encogió de hombros-¡Irlandeses!-y siguió caminando.
-¡Que no soy de Irlanda!-Grité, luego la miré enfadada y me crucé de brazos mientras continuaba caminando hacia la herrería.
-Grita como una irlandesa-la escuché murmurar, luego se detuvo, había llegado a la posada.
-Al diablo.-Refunfuñé mientras continuaba andando.
La chica abrió la puerta de la posada.
-Espero que tengan una comida decente, ¡saludos!-y entró.
Out: gracias a Kaori por su ayuda, en fin, Rellik no es irlandesa y le gusta pelearse cuando se aburre ^^
Lau empezó su búsqueda a las 4:08 p. m.