
Olor a carne quemada…
Aquella gran hoguera se alzaba hacia el cielo, mientras los gritos de júbilo de la gente de aquel pueblo ahogaban los propios de la persona que moría en la hoguera. “Bruja”… “Bastarda”… “Hija del diablo…”… Bostecé.
-Me aburro, hermano.-Pensé mientras miraba hacia el horizonte, con los brazos cruzados.
Hubiese preferido que me ordenase matar a aquella bruja con mis propias manos, sin embargo, tenía que acabar con ella de la manera “tradicional”. Estúpido… Agaché la cabeza aún con una sonrisa, hubiese sufrido más si la hubiese matado con mis propias manos. Levanté la cabeza de nuevo, sonriendo, y mis ojos se clavaron en ella. Si piel aparentaba derretirse, su rostro se deformaba y apenas era capaz de pronunciar una palabra. Acto seguido, su cabeza se dejó caer, había muerto al fin.
Miré a toda aquella panda de… sucios y asquerosos traidores… alababan aquella muerte, simplemente, para que el Vaticano no se centrase en ellos. Para que no descubriésemos su propia mierda. Me giré para volver al Vaticano, aún con una sonrisa.
-Volveré seguramente.-Indiqué, luego dije en voz más baja.- Pero la próxima vez destruiré todo este sucio lugar a la vez.
Regresé al Vaticano, nada más entrar vi a Joseppe, con él iba una cría… una niña pequeña, mientras él sonreía divertido. Basura… Aún así, me encogí de hombros mientras bostezaba mientras me dirigía hacia la gran sala donde mi hermano, Augusto, el Papa, seguramente estaría. Vi a gente cuchichear, aunque no decidí detenerme y entré en aquel cuarto. Augusto levantó la cabeza, pues aparentaba que acababa de salir de sus pensamientos, y dejó sus ojos clavados en mi. Hice una reverencia y me aproximé, esperando sus palabras.
Mi hermano me miró, tenía en su rostro esa expresion, aunque tranquila, peor que yo reconocía al instante, algo no iba bien.
-Han entrado en la biblioteca.
-¿Quién?-Pregunté rápidamente, luego hice un gesto para que supiese que no era necesario que respondiese.- ... no lo sabes... ¿Qué es lo que se han llevado?
-Información, muy valiosa.-Augusto me miró.-Sobre el cáliz sagrado.
Le miré con los ojos muy abiertos, abrí la boca para hablar, luego la volví a cerrar.
-¿El Santo Grial?-Susurré.
Mi hermano se limitó a asentir.
Me hice el cabello hacia atrás mientras me giraba, di dos pasos hacia la puerta, luego me giré bruscamente para mirar a Augusto.
-¿Se tiene la más mínima idea de quien ha sido, Augusto?
-Lucius esta en ello Gin.-dijo mi hermano secamente.-Solo te diré una cosa...
-Dime.
-Cátaros..
Le miré fijamante, luego en mi rostro apareció una sonrisa. Agaché la cabeza, aún con esa mueca en mi rostro.
-Quiero que me mandes una misión.-Le dije, luego levanté la cabeza.- Quiero ser útil en este asunto.
-Esta bien, quiero que me ayudes a elegir a los miembros de la inquisicióin a los que enviaremos a buscar el santo grial.
-¿No vamos nosotros?
-Aún no, hemos de ser precavidos, si las leyendas que cuentan sobre el Santo grial son ciertas... hay que prepararse bien, primero mandarmeos a otros.
-Está bien.-Respondí, fastidiado, luego fruncí el ceño.
Mi hermano me miró y frunció tambien le ceño levemente.
-¿Qué?
-Quiero ir.-Le contesté, luego miré hacia otro lugar, ofendido.
-Eres como un crio, vé y muérete entonces, si es lo que quieres.
La cara se me iluminó, sonreí y me acerqué corriendo, le besé los anillos y lo miré.
-¡Gracias, gracias!-Exclamé.
El negó con la cabeza.
-Le pediré a Lucius que me ayude a escoger a los de la inquisición. Prepárate bien Gin, no hagas que te maten o no serás de utilidad a la iglesia.
Recuperé la compostura y volví a mi posición anterior, le miré a los ojos y respondí:
-Nunca ha llegado la circunstancia en la que alguien haya estado cerca de matarme y no voy a permitir que eso ocurra en un momento tan importante. Y sí que te puedo ayudar con los miembros de la inquisición.-Me encogí de hombros.
-Como gustes, peor ten en cuenta, que esta vez no te enfrentaras a personas, si vas a partir, prefiero que te prepares bien, seguramente algun miembro de la inquisición se presentará voluntario para ir a buscar el cáliz y destruirlo.-Su voz era pausada, calmada y tranquila, pero con esa altivez que caracterizaba a mi hermano.
-Estoy preparado.-Respondí.- Soy el indicado apra destruirlo.
-Pues ve con dios.
-Tú también, hermano.-Hice una reverencia y retrocedí.- Cuando gustes colaboraré contigo en la elección de los miembros de la inquisición.
-Ya te haré llamar pues.-dijo haciendo una leve inclinacin de cabeza de nuevvo.
Me marché de aquel lugar y comencé a caminar por aquellos pasillos, realmente Augusto estaba preocupado. Aunque se mantenía calmado, en realidad estaba ardiendo por dentro. El Santo Grial... por un momento me paré a pensar en lo que ello significaba, sin embargo, me entró un sueño enorme... Por ello, me encogí de hombros y continué andando sin pensar en ello...
Out: Fin,primer post de Gin. Creo que he estado unpoco floja, pero perdonadme xD lo compensaré! xD gracias al Papafri... digo a Augusto por rolear ^^ gracias germaneta
Johann empezó su búsqueda a las 11:57 p. m.