
Qué flojera, suspiré. Llevaba toda la mañana haciendo quehaceres en el convento y ahora trataba de obtener un poco de relajación culturizándome(desaburriéndome) en la biblioteca.
-¡Madre Catherine!-me llamó mi amiga Lucrecia-
-Ah, Lu, -dije mientras devolvía un libro a su estante- no hay nadie por aquí a estas horas, así que déjate de formalidades.-
-Oh bueno, ¿oiste los rumores?- me dijo en voz baja
-Sobre... ¿el santo grial?-
-Sí, también oí que la Santa Inquisición está reclutando gente para buscarlo-
-¿Y eso es de nuestra incumbencia? -respondí molesta, no tenía ganas de oir chismes-
-Catherine, -me tomó de la mano- si llegaras a ser aceptada en la Santa Inquisición, tal vez puedas ver a su santidad- mostré un inevitable sonrojo, Lucrecia era mi amiga, la única que sabía mi secreto-
-Augusto...-murmuré, a lo que Lu sonrió dulcemente-
-Además, -me dijo al oído- sé que te mueres por salir del convento-
Esa noche, escribí una carta, una nota solicitando una audiencia con su santidad.
Augusto... ¿Cuándo fue la última vez que nos vimos?
Pasaron los días, y no fue sólo una carta, fueron muchas más. Y un día, por la mañana
-Que Dios la bendiga, Madre Catherine-
-Que Dios la bendiga a usted también, Sor Lucrecia- le abrazé diciéndole al oído- ¡Odio estas formalidades!- y ella sonrió. Subí a un carruaje que me llevaría a la Santa Sede.
Al fin mi voz había sido escuchada, hoy tendría una audiencia con el Papa. Para la tarde, ya me encontraba en la Santa Sede, donde noté que todos me miraban con frialdad. Un hombre me acompañó a la puerta y llamó, tras ella oí la pausada voz de Augusto.
-Pase- me asaltó una inseguridad tremenda, pero no había marcha atrás, abrí la puerta.
-Su santidad- hice una reverencia, él levantó la cabeza y me miró.
-Hola Catherine. Toma asiento por favor.-
Me senté de inmediato, ¡pero mierda! podía jurar que mis mejillas se estaban sonrojando.
-Su santidad, pedí esta audiencia con usted para solicitar unirme a la Santa Inquisición. Para servir a Dios y a su Iglesia.- le miré, pero no pude sostener su mirada por mucho tiempo y eso, se estaba volviendo incómodo. Bueno, incómodo para mi, Augusto parecía estar sin problema.-
-¿Con qué propósito?-contestó mirándome directamente a los ojos.-
-Oí que estaban buscando gente en la Santa Inquisición. -sentí que si me seguía mirando así por un segundo más, iba a explotar- Y como dije, lo hago para servir a Dios nuestro señor y proteger a su Iglesia-
-Estaremos encantados de que se una, hable con el padre Lucius, él le explicará los detalles por ahora.-sentenció.-
-Como usted diga, le agradezco infinitamente su atención -y el hecho de que no te hayas acordado de mi tambien!
Su santidad alargó la mano para que besara sus anillos y así lo hice.
-Siempre es un placer volver a verla, Catherine.-
-El placer ha sido mío, su santidad. -le sonreí con dulzura y salí del lugar...
Suspiré. Eso fue demasiada presión, aunque mi actuación de fanática estuvo bien(si no me conociera, creería que en realidad lo soy!). Iba caminando por un pasillo y miré através una ventana el hermoso paisaje de afuera, el atardecer. Estaba sorprendida de que Augusto II se acordara de mi.
Bueno, tengo que encontrar a ese tal Lucius. Suspiré nuevamente, ahora con desgane. Pero no hice nada, seguí mirando por la ventana...
*out* mi primer post, uno muy muy aguado, pero en fin xDDD
gracias a maron x ayudarme <3 *out*
Anónimo empezó su búsqueda a las 12:51 a. m.