
Algo nos escondía, acepto muy rápido nuestro ofrecimiento y mis peticiones, pero yo tenía mis motivos para poder conseguirlo, sabía que estaba yendo en contra de lo que dice la Iglesia pero era mi única oportunidad de poder acabar con ese miedo que he tenido desde siempre de pensar que al día siguiente ya no me levantaría. No todos tenían porque estar de acuerdo con los planes del Papa, tendría que haber alguien que se encontrará dentro del Vaticano que supiera los motivos reales de porque quiere conseguir el Santo Grial el Papa.
- Madre superior Aldora, si no le importa esperarse a fuera en la entrada del Vaticano un momento, es que necesito ir a hablar con una persona.
-No se preocupe padre Crowley, allí le esperaré.- dijo asintiendo y digiriéndose entonces a la salida.
Yo también me dispuse a dirigirme hacía el interior del Vaticano cuando Aldora me empezó a hablar.
-Por cierto.- musitó Aldora dándose la vuelta para mirarme. -Sobre tu comportamiento... ¿a qué se debió?-
- Últimamente están acusando a muchas personas de herejía por motivos realmente simples, es como si todas las riquezas y el poder les hubieran corrompido su alma. Y luego esta el tema del Santo Grial, me temo que hay algo que nos están ocultando. - dije en voz preocupada
-Eso es... querido padre, evidente. Su Santidad jamás nos revelaría sus verdaderas intenciones, ni el verdadero interés que tiene sobre el tema. De cualquier modo... supongo que el Santo Grial será para el primero que logre encontrarlo, su poder es tan codiciado, que cegaría hasta las más bellas y puras almas...- contestó la madre superiora, con la mirada perdida.
Quizás tengas razón madre superiora, pero esto no será tan fácil como todos pensamos
-Centrémonos en encontrarlo antes que nadie, ya luego tendremos tiempo de pensar que podemos hacer.- dijo ella girándose nuevamente hacia la salida. -Mientras tanto... procure no levantar sospechas, ni hacer que la paciencia de su queridísima Santidad, se agote.- siguió caminando, y la observé pensativo hasta perderla de vista.
Me puse a buscar a ver si encontraba al Cardenal Flowright, el era el hermano mayor del papa pero él era el que más se veía fiel a los principios de la santa Iglesia y además el estuvo a punto de ser el Papa.
Al poco de caminar en su busca, ahí lo encontré, de pie admirando un cuadro, cerca de sus aposentos con gesto de despreocupación como era natural en el.
- Cardenal Flowright, necesitaría hablar con usted.
- ¿Hugh?- se giro hacia mi y me miro con una sonrisa- Y....¿ en que puedo ayudarte emm...?
- Soy el sacerdote Crowley Adams, monseñor.- dije haciendo una inclinación
- Ahh... si te conozco por habladurías de los demás, el que... ayudo a los “herejes”...¿cierto?- a pesar de hablar de un tema que podría suponer una traición a la iglesia, nos e le borraba la sonrisa de la cara.-
- Veo que usted es la persona más adecuada para hablar sobre el tema, como bien sabra usted la Santa Inquisición ha abusado demasiado de su poder y...
El cardenal me interrumpió y me invito a entrar en su habitación para que podamos hablar sin que nadie nos pudiera escuchar.
ya se fue....- murmuro Kyle
Parecía que había alguien antes en su habitación pero no le di mucha importancia, solo me interesaba saber que tramaba el Papa.
- Ahorra si te escucho, hablar en los pasillos sobre eso es imprudente, y mas teniendo en cuenta que estamos en el vaticano, de hecho, ni siquiera tendría que escucharte...- callo unos segundos algo serio... pero luego enseguida sonrío despreocupado invitándome a sentarme en una butaca- Pero no te preocupes, lo voy a hacer encantado.
- Muchas gracias, pues como bien le decía antes pienso que la Inquisición se esta olvidando de los principios de las Santa Iglesia. Aquellos "herejes" que ayudé no era más que una família que no pudo pagar los impuestos porque eran pobres.Lo único que les quedaba era su casa.
El cardenal entristeció su mirada desviándola hacia el suelo.
- Lo se...
- Pero ese no era el tema por el que le quería hablar, el tema que me ha llevado a usted es el Santo Grial.
El cambio su expresión a una realmente seria.
- Creo que sobre el Santo grial, lo mas indicado seria que hablaras con el Papa...
- Ya lo hice, pero no me dijo todo lo que desaba saber.
- Y...¿ que deseas saber?- se apoyo en un escritorio-
- Cual es el motivo por el que lo quieren y para que desean usarlo.
- Nose que te diria el Papa, pero ese es un objeto peligroso que no puede caer en manos de.... malas personas, la iglesia lo quiere para destruirlo...- dijo con lastima no muy convendcidod e querer lo mismo.-
- Sabia que me estaba engañando, yo pensaba que lo usaria para ayudar al projimo
- Sinceramente... creo al igual que tu que debería usalrlo para eso... pero ahora creo que lo mejor es que no sea encontrado...
- Yo me he presentado voluntario para poder encontrarlo, pero no se lo pienso entregar a ellos, primero quiero acabar con una maldición que cae sobre mí desde pequeño y luego se lo entregaré a usted para que lo use como es debido.
-Yo tampoco podría usarlo, un humano no es divino ni es puro, por lo tanto no sabría usar el santo grial, dentro del corazón humano, de todo corazón, existe la codicia y las ansias de poder, si poseo el Santo grial, esas ansias se apoderaran de mi, por lo tanto, no creo que deba ser encontrado, quizá la causa de su búsqueda sea noble y el corazón de dicha persona también, pero es un poder demasiado grande como para que un humano pueda controlarlo... Al revés, el poder del Santo giral, es el que acabaría por dominar a la persona... Es peligroso...- me miró entristecido.- comprendo lo de tu maldición... es algo injusto a tu joven edad... pero piensa que dicho poder podría acabar con todo lo que tu crees...No se debe jugar a ser Dios...
- No deseo jugar a ser dios, solo quiero que vuelva a ser la Iglesia como en un principio humilde y que ayuda a los demás sin importarles sus credenciales.
- Yo también desearía eso... pero eso no es cosa del Santo grial, si no de las futuras generaciones en la Iglesia... y si hay chicos como tu seguro que en algún momento cambiara... y será la iglesia que Dios desea en verdad- sonrió nuevamente.
- Padre yo no se cuanto tiempo de vida me queda, la maldición me esta afectando lentamente, cada día me levanto con miedo de que ese sea el último día que lo haga y que no pueda conseguir eso que tanto deseo. - dije mientras le mostraba mi espalda cubierta por partes por el tatuaje.
Abrió los ojos muy sorprendido...se quedo en silencio sin saber que decir....
- Yo... ojala pudiera ayudarte...pero por todo eso que te dije... creo que no debe ser encontrado... a pesar de que gente como tu y muchos otros lo necesiten, lo comprendo... pero... nos e que hacer para que todo salga bien... además solo soy un mandado...- puso sus manos sobre mis hombros- Quizá haya otra solución... ¿no crees?
- Si que la hay y es sacrificando a una persona dentro de la piramide azteca donde me pusieron la maldición, pero entenderá que eso no lo puedo hacer - dije con un rostro triste
El me sonrio nuevamente.
- Cuando todo esto acabe y este todo calmado, no me importara ser esa persona..
- No padre, por favor no diga eso. Bueno tengo que irme ya me esta esperando la madre superiora Aldora. Espero poder volver a hablar con usted - dije haciendo una inclinación
- Cuando guste, si me necesitas, sabes dónde encontrarme se despidió, sonriendo como la mayoría del rato que pase con el.- Ve con Dios...
- Usted también Padre - le dije devolviéndole la sonrisa.
*OUT* Pues aquí el segundo post de Crowley que ya va a traicionar al Papa y a todos los currptos que hay en la Inquisición. Asias por vuestra ayuda Bunny y Aki. *OUT*
Anónimo empezó su búsqueda a las 3:22 p. m.