
Al menos el cielo sigue siendo el mismo, en Escocia, o aquí...O eso creo.
Bueno, esa estrella no debería estar allí, de hecho.
¿Se les habrá olvidado a los Dioses donde se colocaba?
Tsk, Tsk...
Suspiré y miré a mi derecha. Unos metros más allá estaba Rellik, durmiendo apaciblemente (En apariencia, pues seguramente tenía un ojo abierto y otro cerrado, la mano en la espada y preparada para saltar a la más mínima. Es que...es irlandesa).
¿Cómo estarían mis padres? ¿Y el resto de la aldea?
Mis ojos empezaron a cerrarse lentamente, y el Dios del sueño a reclamarme...
La estrella que estaba mal colocada comenzó a moverse, parecía acercarse a mí...
La lucecita se fue acercando cada vez más hasta que se quedó colocada frente a mi, en ese momento la luz fue tomando forma hasta tomer el cuerpo de una hermosa mujer de cabellos lilosos y mirada penetrante.
Me quedé boquiabierta, intentando farfullar alguna palabra.
-¿Eres un...hada?-susurré al final.
-No...-su boca no se movía, pero oía su voz en mi cabeza.
-¡¡IRLANDESA, IRLANDESA!!-vociferé-¡¡Mira, un...un...ser!!
-Es inútil Morigan.
No se veía a Rellik por ninguna parte...Volví a encararme con la mujer.
-¡Si no os he dicho mi nombre!
-No hace falta, yo lo se todo de ti, y de la persona a la que llamas Irlandesa.
Me incorporé de un salto.
-¿Eres una de los malditos religiosos? Porque si lo eres...porque si lo eres más te vale largarte antes de que me enfade de verdad y...-aquella persona empezaba a darme escalofríos.
-No, yo soy aquello que andas buscando.
-¡¿El...Grial?!
-Algo así...
-¡EL ESPÍRITU DEL GRIAL!-chillé-.No sabía que un objeto tuviera espíritu, pero siendo tan poderoso pues es posible que tuviera uno. Algo así como la Excalibur...-empecé a murmurar para mí misma, impresionada.
-No te alegres tanto niña...-dijo el espíritu clavando sus ojos en los mios.-Estoy aquí sólo con un propósito....-dijo amenazadoramente.
Me alejé un poco.
-¿Qué quieres entonces...-y más bajito-espíritu antipático?
-Advertirte.
-¿De qué?
-No te acerques a mí.
-¿C...cómo has dicho?
-Sé que intentas conseguirme, para que satisfaga tus deseos.-Casi podia notar su fría mirada clavándose en mi cuerpo.-Pero si vas en mi busca... tendré que tomar medidas.
-¡Oye!-repliqué-.No hace falta que me amenaces; no voy a pedirte dinero ni nada por el estilo, sólo quiero...un poco de ayuda.
-¡Me trae sin cuidado lo que quieras de mí!-vociferó.-¡No soy tu esclava!
Permanecí un minuto en silencio.
-¿No te importa lo que hace la Iglesia?
-Eso no es asunto mío, pero por supuesto, no quiero que me destruyan, pero tampoco voy a permitir que me traten como a un genio de la lámpara.
Mis dientes rechinaron.
-¿Te da igual como nos hacen sufrir a todos, como nos obligan a creer lo que quieren?
-Ya te he dicho que eso no es de mi incumbencia, yo no soy el Papa de Roma, esas cosas corren a su cargo-dijo ella apartando la mirada.
Mi cara se tornó de color rojo, y la furia me invadió.
-Entonces, señoritinga espíritu del Grial-siseé-ya puedes ir moviendo tus fantasmales posaderas para impedirme llegar hasta ti, ¡¡porque a mí SÍ me incumbe el daño que nos hacen a todos y ningún ser CRUEL como tú va a detenerme en la lucha por nuestra... LIBERTAD!!
Solté el aire, nerviosa y agitada. Mi respiración se había vuelto rápida, y miraba a la mujer con ira. Apreté los puños.
-No te sulfures...-dijo ella como si nada.
-¡¡Y cuando haya acabado de utilizarte, probablemente yo misma te destruya!!-volví a gritar.
Juraría que sonrió.
-Eso si llegas hasta mi; no lo permitiré.
Le devolví una sonrisa desafiante.
-Ya lo veremos.
-Dalo por hecho.
-Ah, y te aconsejo que si vas a intentar convencer a la irlandesa de la misma forma que a mí, lo dejes...Se va a reír de ti.
-No trato de convencerte. Solo de advertirte, para que mis bichitos no te hagan tanto daño.-me miró mientras comenzaba a elevarse.-El que avisa no es traidor Morrigan.-y desapareció.
¿Bi...chitos...?
Me recorrió otro escalofrío y caí al suelo de rodillas. Me enjugué una lágrima que me caía por la mejilla.
El Grial de las leyendas del Rey Arturo tenía que ser un ente bueno, deseoso de ayudar, justo y...
Y resultaba ser un hada egoísta.
Mis manos se hundieron en la tierra húmeda cuando clavé mis dedos en el suelo.
-Estúpido espíritu...
Pero...Si se molestaba en advertirme...
Una sonrisa cruzó mi rostro.
Es que temía que pudiese llegar hasta ella, ¡es que Rellik y yo íbamos bien encaminadas!
-¡¡Vete preparándote para servir al pueblo de las Tierras Altas, tonta copa!!-grité al cielo.
Los cuervos graznaron...como respuesta.
//Out// Al fin posteo como Morrigan *-* gracias a Susy por hacer del espiritu del Grial o.o! //Out//
Kaubop empezó su búsqueda a las 2:32 a. m.