
El crepúsculo comenzaba a mostrar todo su esplendor cuando se llevaron a Dolores al centro de la plaza, la subieron a unas tablas de madera y la ataron a un poste del mismo material, el color rojizo del cielo contrastaba con sus ondulados rizos negros mientras sus lágrimas caían por sus mejillas. La gente comenzó a amontonarse alrededor de la plaza, inquisidores, cardenales, monjas... Algunos de los Inquisidores más caras escupían a las tablas de madera para mostrar su desprecio hacia el acto cometido por Dolores, acto del que en realidad, era inocente, pues yo era el responsable.
Augusto no apareció por allí, supongo que se limitó a mirar la escena desde el enorme ventanal de su despacho. Cuando las llamas de la hoguera ya habían hecho su cometido, no las apagaron, sino que las dejaron encendidas ardiendo, hasta que se consumieron solas 4 horas después, después de oír los gritos agónicos de Dolores la gente se fue desperdigando, pero yo me quedé allí, sin parpadear, mirándola, pues su última petición hacia mi fue que estuviese junto a ella hasta el final. Y así pues, dedicándole la sonrisa que me pidió me quedé hasta el último momento, intentando mantener mi promesa de no llorar solo sonreír.
Fue duro, muy duro tener que mantenerme parcial y solo sonreír en aquel momento.
Aquella noche no dormí. En mis sueños solo aparecían pesadillas, sentimientos de culpa, rencor. Así que me levante sudado de la cama, me arrodille y me puse a rezar en lo único que aún creía y empezaba a perder la fe.
Una luz empezó a iluminar toda la habitación, miré hacia ella y se me volvió a aparecer aquella extraña mujer a quien ya había visto en una ocasión, se sentó en la cama.
-¿Que te ocurre Kyle?
No supe contestar solo baje la mirada culpabilizado y continué rezando, pidiendo perdón por mis pecados, por llevar a Dolores a su muerte.
-No me bajes el cabeza pequeño traidor.-dijo fríamente la mujer.
Alcé la cabeza hacia ella de golpe. ¿Como sabía?
- Continuo sin entender quien eres y como sabes tanto.
-Eso no importa.. pero lo sé todo, se quién eres, y lo que has hecho.- La mujer me miró con prepotencia.-Eres un asesino Kyle Flowright
Tenía razón.
- Sí, lo soy. Si eres tan amable y lo sabes todo, irías a su santidad y le contarías toda la verdad... Aunque ahora para que... ya ella...- calle, no continué-
-Tendrías que haber sido tu, te has aprovechado de la pobre Dolores y de su devoción hacia ti...-continuó con esa voz gélida.-¿Y todo para que? para vivir lo que te queda de vida atormentándote por ser el responsable de la muerte de una inocente.
- ¡Mientes, confesé yo confesé la verdad a Augusto! ¡Se lo roge!- en verdad creía que aquella muchacha no era mas que mi culpa interior.-
-No... tu sabias que el no iba a creerte, únicamente te engañas a ti mismo, y lo sabes, por eso te atormentas.
No le obsequie con ninguna clase de respuesta. Apreté mas mis manos contra mi sien y continué rezando cada vez más nervioso.
-Asesino... asesino... asesino...-la oía murmurar.
Intentaba ignorar aquella horrible voz, pero no dejaba de resonar en mi cabeza. Mis manos pasaron de estar una junto a la otra a estar posadas en mi cabeza intentando reprimir el sonido procedente de la chica, de mi culpa.
-No soy tu culpa...
Pare en seco. La mire de nuevo, a los ojos.
-¿Entonces? ¿Eres mi castigo?
-Soy simplemente...-me miró -a los ojos.-Alguien que quiere abrirte los ojos.
- ¿Cómo? ¡No haces mas que decirme cosas que ya se, si soy el culpable, si yo debería estar muerto!-chillé levantándome, luego…mi voz se apagó-... Yo no pedí seguir… aquí…- luego solo susurré temblorosamente.- Yo…no quiero seguir aquí….
-¿Entonces a que esperas?-me tentó
La mire perdido. Entonces recordé a mis hermanos.
- Aún tengo razones, para seguir vivo.
-¿Quien? ¿Gin?-Dijo con incredulidad.- Gin, quien se ha marchado dejándote el marrón, quien en vez de estar junto a su hermano va persiguiendo las falditas de esa hereje.-hizo una pausa.-¿O te refieres acaso a Augusto? Sí, el ha demostrado ser un gran hermano y una gran persona ¿verdad? No sabía el aprecio que le tenias a Dolores, no sabía lo mucho que te dolería que la condenara, no lo sabía ¿verdad?
Bajé la mirada.
- Gin siguió mis propias instrucciones, da igual la razón. Él puede estar en un problema por ello, también por mi culpa. Augusto… él…- no sabía excusar a Augusto-… Augusto solo cumplía con su deber como papa… Ambos, al fin y al cabo siguen siendo mis hermanos.
-Si fueran tus hermanos... te apoyarían.
- No me han dado la espalda
-Reconócelo, estas solo Kyle...
-...¿Estoy.....solo...?
Solo...
-No tienes a nadie.-dijo alzando la voz.
Me quedé en silencio.
-No es culpa tuya al fin y al cabo...-siguió
-Sí, sí lo es.-desvié la mirada
-No... sin el grial todo esto no hubiese ocurrido, si no hubiesen robado aquellos documentos y tu hermano no se hubiese obsesionado con él...
Suspiré, en verdad tenía razón, todo era culpa del grial, pero ¿Que podía hacer yo?
-Augusto es el culpable de todo
-¿Qué?-estaba confundido-
-Sí, él es el culpable de todo, el se obsesionó con el objeto sagrado, él ha organizado esta guerra entre herejes y católicos, él ha matado a Dolores...
-Pero, es mi hermano, y su santidad, he de aceptarlo.-defendí a mi hermano.
-Aunque sea el papa, esta equivocado, mata inocentes, su obsesión lo está-hizo una pausa.-enloqueciendo.
- Mi hermano, es la persona más serena que conozco- dije convencido de ello.
-Era la persona más serena que conocías...-clavó sus ojos en mi.-desde que robaron aquellos documentos no ha vuelto a ser el mismo.
- No sé de que hablas- en verdad…si lo sabía y estaba de acuerdo.
-Sí lo sabes.
- No quiero hablar más de ello, lárgate de mi mente de mi interior, de dónde quiera que estés.
-Estoy delante tuyo, ¿no me ves?-sonrió.-No quieres hablar de ello porque sabes que tengo razón.
- La tengas o no, es mi hermano, y eso...es lo que me importa
-Si tu hermano no existiera.. no tendrías tantos dolores de cabeza...-dijo antes de cogerme la barbilla y mirarme fijamente.-Sabes mejor que nadie, que Augusto tiene que desaparecer.
Y se marchó.
Estaba realmente perdido ya.... intente despejarme leyendo, pero mi concentración en la lectura resulto ser pésima, así que ahora me hallaba en un rincón de la gran biblioteca mirando por uno de sus grandes ventanales, sin pensar en nada, ausente, mirando el inmenso cielo azul teñido de nubes blancas.
La biblioteca en aquellos momentos estaba vacía, ningún susurro, ni un suspiro… eternamente en silencio… incluso podía llegar a parecer tétrico aquel aterrador silencio… Pero así era como me gustaba estar en aquellos momentos, solo, solo en un lugar inmenso que huele a librería y a viejo. Solo y mirando a ningún lado intentando encontrar mi lugar.
Entonces, escuché a alguien arrastrar los pies hasta el fondo de la habitación. Era el camarlengo. Tomó un libro y se dejó caer sobre una silla alejada. Pronto llegué a la conclusión de que había escogido la lectura al azar, por el título:
"La Divina Comedia"
Lucius se escondió tras las páginas, y el silencio volvió a la biblioteca.
Dedique mi vista decaída unos instantes a Lucius, deje ir un suspiro y volví a mi entretenida tarea de mirar las nubes y a pensar cosas tan estupidas como que los ángeles de cada una de ellas nos protegían.
Deje ir otro suspiro.
Tras un rato entre largo y corto, decidí irme de aquel lugar y dejar de pensar. Pose mi mirada en Lucius de nuevo el cual seguía leyendo el mismo libro en una pose pálida, seguidamente empezó a reír nerviosamente por su contenido seguramente. Pase por detrás suyo posando mi mano en su hombro.
-Que pases un agradable día, y que dios te bendiga, Lucius.- dije en el tono mas seco que había puesto jamás. Aparte mi mano con delicadeza y seguí mi rumbo.
-Esperad-me agarró de una de las mangas de mi túnica para detenerme.
Me gire y le mire con los ojos entrecerrados, con una mezcla de aburrimiento, enojo y el mismo "chaos mental" que llevaba encima.
-Esa mujer...La hermana Dolores...Tenía algo que ver contigo, ¿verdad?
-¿Importa eso?- no ya lo creo que no importaba...-
-Supongo que no-murmuró, soltándome.
- Disfruta de tu lectura querido camarlengo, al fin y al cabo no viene mal leerse un libro donde explica como es el tenebroso lugar donde acabara toda la santa inquisición, así iremos prevenidos de sus grandes terrores.
-Bueno, Dante no es ningún profeta hasta el momento-respondió, cerrando de golpe el libro-.No es más que un poeta.
- Es bonito imaginar que lo que en sus poesías dictan sea cierto. Al menos todos recibiríamos lo que merecemos. No hay otra salida, los humanos somos escoria- de nuevo retome mi rumbo-
-¿Acaso la amabas?-me espetó con crudeza-.A Dolores, me refiero. Si no, no entiendo tu sufrimiento.
Solté de golpe el como de la puerta que acababa de tomar, cierto ¿la amaba? quien sabe...
Quede unos segundos en silencio y me gire de nuevo hacia Lucius.
- La amaba tanto como a mis hermanos, no más. Era alguien muy importante para mi, si realmente la amaba o no como mujer no tiene nada que ver, nunca pensé en ello porque es algo a lo que no puedo ceder y nunca me enamore de Dolores... Aún así, me duele como si fuera el mismo Augusto o Gin. No es necesario quererla como mujer para apreciarla y necesitarla.
-Reconozco que no entiendo de esos asuntos-se excusó Lucius.
Suspire intentando pausar mi mal humor y tome asiento frente Lucius, con los dedos entrelazados.
- Es que ¿tanto se nota?
El camarlengo medio sonrió.
-Hoy, verdaderamente te pareces a tus hermanos.
Eso realmente...creo que me ofendió un poco... pero él tenia razón.
- Discúlpame... Realmente me sienta todo como una patada en el estomago. Quizá sí estuviese enamorado de ella, o no, no lo se... pero es el golpe mas bajo que me han dado en mi vida... y lo que mas me duele…- cerré los ojos intentando retener las lágrimas que a pesar del esfuerzo bajaron por mis mejillas- es que.. Quien me dio ese golpe bajo... fue una de las personas por la que daría mi vida si fuera necesario...
-Pero fue ella quien se entregó-me advirtió-.No olvides...quienes son los verdaderos culpables.
Callé, realmente no tenia ningún derecho a protestar, cuando yo era el principal culpable de todo aquello. Seguí llorando en silencio.
- Ella... era inocente... Augusto, no quiso creerme...- me lamentaba.
Lucius apoyó su mano en mi hombro y me zarandeó suavemente.
-Pero tú estás vivo y ESO es lo que debería importarte.
Sin darme tiempo a parar mi reacción di un manotazo al camarlengo, rabioso, enojado, que yo estoy vivo dice...
-¡NOSOTROS deberíamos estar en su lugar!- al darme cuenta de mi reacción me levante y incline rápidamente pidiendo disculpas.- Yo... no se...como...
-...¿Cómo os atrevéis...?-se llevó una mano a la mejilla enrojecida. A la vez que daba un manotazo en la mesa, se levantó de golpe-¡¿Cómo os habéis atrevido?!-hablaba furioso, pero entre dientes, para no alertar a algún lector que quizás estuviera tras las estanterías-¡Soy el camarlengo! Acaso...acaso tenéis idea...-pronto no sólo la mejilla, sino el resto de la cara, enrojecieron-¡No podéis ponerme la mano encima, cardenal!
Segui inclinado en silencio...y en un hilo de voz solo atine a decir un leve:
- Discúlpeme....
Hubo un instante de silencio muy tenso.
-Alzaos, hermano Kyle...Todo queda olvidado-dijo Lucius, con el tono de voz falsamente educado y controlado de siempre.
-Absténgase de excusas, se que no es cierto, aún así...gracias-me alcé
El camarlengo me miró fijamente, con los ojos entrecerrados.
-No hay por qué darlas.
- Realmente lo lamento... sabes k no es típico de mi...-dije entristeciendo la mirada-
-Por supuesto...-masculló con poco interés y aún palpándose la mejilla dolorida.
Desvié la mirada aún entristecida, no sabia como actuar...así que decidí marchar.
-Lo siento, solo espero que me comprendas- entonces emprendí de nuevo el rumbo hacia la puerta.
-Cerrad la puerta al salir, cardenal-respondió con frialdad.
Le mire humillado.
-Sí mon señor camarlengo.- me gire y cerré la puerta con suavidad.
Regrese a encerrarme a mi cuarto… Allí al menos no heriría física o psicológicamente a ningún ser querido para mi. Al fin y al cabo… al parecer acababa de perder el único al cual consideraba un amigo allí.
Primero perdí a Augusto, luego Gin se fue… Ahora Dolores… y seguido Lucius. Sí, realmente estaba solo.
*OUT* Para variar un post eterno... en fins... que muchas gracias a mi primi por su maravillosa aparición y comidaq de coco y a Kaori por ese super Lucius la pmar de borde jajaja..os kierooo!*OUT*
Akinomy empezó su búsqueda a las 3:53 a. m.