
Condenadas a morir, ambas, en la hoguera. Hicimos escándalo durante el camino hacia la celda. Pero al llegar, nos quedamos en completo silencio. Me costaba admitirlo, pero creo que nos han capturado por mi culpa. Entrecerré los ojos y miré a Morrigan. Teníamos que salir de aquí.
-Uhm. Vaya lío, eh-murmuró mi compañera de celda.
-Y que lo digas...-musité.- aquel pervertido y el otro vejete nos han condenado...
-Repíteme cuál era la condena, por favor.
-Quemadas en la hoguera.-Respondí, luego la miré fijamente.- No tiene mayor complicación. ¡Nos van a asar como un pollo!
-¿Cómo?-exclamó Morrigan-¿Quemarme a mí? ¡Yo soy una druida! ¡Controlo el fuego y el agua y los elementos y... y... y no se me puede quemar, porque...!
-¡Silencio!-gritó un guardia ante su tono exaltado.
-Nos van a asar...-refunfuñé.- al menos espero que se les indigeste...
-Ni hablar, me niego-refunfuñó la pelimorado.
-Yo también.-respondí, mirándole mientras sonreía.- Vamos a salir de aquí antes de que nos quemen.
Morrigan sonrió también.
-Ya tienes un plan, ¿no?
-No.-respondí, luego me rasqué la cabeza y sonreí.- Pero se me ocurrirá algo, sin duda. Estas celdas tienen muy mala construcción. Aún así siempre podemos engañar a estos paletos.
-¿Qué es un paleto?
-Estos guardias.
-Ya veo...
De pronto noté algo extraño, como un golpe en el corazón y abrí con fuerza los ojos, colocándome la mano en el pecho. Oí un susurro, no pude identificarlo. Miré a Morrigan, rápidamente.
-¿has oído eso..?-susurré.
-¿El qué?-me preguntó, mirándome preocupada.
-un...,-musité, me llevé las manos a las orejas.- susurro...
-Eh...no.
Mi respiración se agitó. Me continuaba doliendo el pecho y el cuerpo comenzó a quemarme. Me apoyé a la pared, mientras cerraba los ojos.
-¿Rellik?-oí a Morrigan-¿Hola?
-Morri.... Morrigan...-musité, en ese momento perdí el control de mi cuerpo. Aunque aparentemente me había desmayado, continuaba allí sintiendo lo que ocurría.
-¡RELLIK!
Mi cuerpo se movió solo levemente y poco a poco mis ojos se comenzaron a abrir. Era una sensación desconcertante y me sentí como una muñeca. Aquel que me controlaba clavó mis ojos en Morrigan, le sonrió y suspiró:
-Perdona por esto. No me encuentro bien últimamente y antes de salir... debo descansar un poco.
-Oh...esto...está bien-asintió ella-.Yo iré pensando algo...
-está bien...-le dijo.- dormiré un poco y también pensaré en algo, no te preocupes.
-Buenas...¿noches?
-Gracias.-respondió aquel que me controlaba, le sonrió y luego lentamente cerró los ojos. Intenté controlar mi cuerpo, de nuevo, fue inútil.
Durante horas, estuve en silencio e inmóvil, aparentemente dormida pero no lo estaba. Me intenté mover varias veces, pero al final lo di por perdido. Aquel murmullo continuaba en mi cabeza, pero no conseguía entender lo que decían
Mi cuerpo volvió a moverse solo. Abrió los ojos levemente, pude ver que ya era de noche. Un resplandor apareció de golpe y una pequeña figura se situó frente a mi.
Noté como quien controlaba mi cuerpo, sonrió y, aún sentado, extendió su brazo hacia aquella figura. Pude ver, completamente sorprendida, que otra mano más grande parecía estar sobre la mía, apenas podía verse pero estaba allí.
-Reliak.-oí y seguidamente una mano agarro la mia.
-¿Estás bien?-preguntó quien me controlaba, pude oir su voz real pero en el exterior sólo se oía la mia. Cerró la mano, rodeando aquella que le sujetaba.
-No...-casi parecia un sollozo la voz de la otra..¿persona?-Mis planes han fracasado.-El que me controlaba levanto la mirada y la vi por primera vez, otra vez ella, con su pelo largo de color violeta y su expresion fragil, el espiritu del santo grial.
Reliak gruñó sólo un poco, noté su rabia. Sin embargo, aparentó controlarse y tiró suavemente de aquella chica, para abrazarla.La abrazó fuerte, con seguridad, luego susurró:
-Estoy aquí. Mandame a hacer lo que sea.
Ella le abrazo, y lloro un buen rato en silencio, luego le miro agradecida.
-Gracias...-hizo una pausa.-Creo que quiza no era tan buena idea intentar controlar a la gente.. ademas me hace sentirme... mal. Pero ese... Augusto... quiere acabar conmigo ¿que se supone que he de hacer al respecto? Tengo miedo Reliak...
-Nunca te tocará. Ni un pelo.-Reliak clavó sus ojos en ella.- Porque yo no se lo permitiré. Tan solo dame la orden de matarlo... y caerá fulminado.
-No...-dijo ella.-Lo creas o no... me da... pena.
-¿Pena?-preguntó.- ¿Ese... ... humano...?
-No se.. es un humano al fin y al cabo... y los humanos no son.. ¿buenos?-pareció dudar.-Ademas.. si se supone que es el representante de Dios en la tierra.. ¿por que quiere destruirme? yo solo intento mantenerme oculta, para que nadie me moleste...
-No sé sus razones. Pero su vida está en tus manos.-Suavizó su mirada.- Yo estaré siempre contigo...
-No se que haría sin ti...-admitió ella.
Reliak colocó su mano sobre la cabeza del Grial, luego miró levemente a Morrigan y regresó sus ojos a ella.
-Me han condenado a muerte.-sonrió.
-Eso no va a suceder.-dijo ella muy segura de si misma, voy a sacarte de aqui.
-¿Sacarme?-preguntó.- No te agotes con esas cosas... buscaré la manera y...
-Calla.-dijo ella con una sonrisita.
-hm...-protestó un poco Reliak, pero supongo que había aceptado.
Oí un bostezo, Morrigan se removió y abrió los ojos. Soltó un grito al ver la escena.
-¡¡¡El maldito espectro!!!
El grial miro a Morrigan.
-No estoy maldita ¡eh!
-¿Qué, has venido a burlarte de nuestro cruel destino?-la druida alzó apenas el puño, haciendo un ruido de cadenas.
-Mide tus palabras.-farfulló Reliak, mirando a Morrigan solo un poco.
-He venido a ver a Reliak.-confeso ella.
-Pues esta es Rellik, ¿oyes? RE-LLIK. Así que largo de aquí-le espetó la niña, hinchando los mofletes.
-Te he dicho que...-Reliak se fue a incorporar, pero el Grial se lo detuvo y le negó con la cabeza.
-Es verdad.. supongo que me he equivocado.-disimulo el grial.-Voy a sacaros de aqui.
Morrigan miró al espectro, confusa.
-¿Por qué?
-¿Quieres morir en la hoguera?-dijo el grial enfadada.
-¿Querrías tú? ¡No te fastidia!
-¡Pues deja de quejarte ya!-espeto el grial.
Noté que Reliak se alteraba, parecía que la furia le invadía. Aún así, se mantuvo en silencio mientras llevaba sus ojos de una a otra, a medida que hablaban. Pronto el grial nos dio la espalda y tras un destello que nos cego a ambas nuestras cadenas habian desaparecido y la puerta estaba abierta.
-Vamos, daos prisa..-nos dijo y luego me miro y sonrio, no a mi, sino a Reliak que estaba dentro de mi.
Reliak se puso en pie, tomó a Morrigan por el brazo y la ayudó a levantar, tirando un poco de ella. Luego miró al Grial de reojo.
-Gracias.-Respondió, luego miró de reojo a Morrigan.- Vamos, de prisa.
-Pronto te hare una visita.-le dijo el grial a reliak.-Hemos de encontrar la forma de sacarte de ahi...
La hechicera se soltó del agarre de Reliak de forma un poco brusca, mirando con desconfianza.
-No sé qué os traéis entre manos vosotras dos. Gracias por liberarme, ¡pero no por eso os creáis con derecho a darme órdenes!
-No te preocupes por esto.-Le dijo Reliak al grial, refiriendose a lo que ella había dicho anteriormente. Luego miró a Morrigan.- Tsk...
Comenzo a caminar hacia la salida de la celda, con paso alto rápido.
La otra chica fulminó al grial con la mirada, luego siguió a Reliak.
El Grial se quedó atrás. En más de una ocasión Reliak giraba su cabeza, para mirarla, incluso cuando llegamos a una zona en la que ya era imposible verla, continuaba mirando. Pero de pronto dejó de hacerlo, como si ella hubiese desaparecido. Llegamos afuera, había dos guardias pero Reliak nos noqueó, los miró de reojo y luego se echó a correr. Morrigan continuaba detrás.
Por el camino nos encontramos con más de un guardia, pero Reliak siemrpe hacía lo mismo. Los noqueaba, como conteniendose para no matarlos. Miró alguna vez a Morrigan y ella me miraba desconfiada. No tardamos en salir de aquel lugar y nos adentramos en el bosque que conducía a la próxima ciudad. Nos detuvimos. Reliak levantó la cabeza levemente y Morrigan intentó ercuperar el aliento.
-Parece como si supieras exactamente a dónde hay que ir...-murmuró la pelimorada.
-Algo así.-Comentó Reliak.- Pero esto se acabó.
-¿El qué?
Sonrió de forma extraña y...
Regresé. Después de mucho regresé. Caí al suelo, de nuevo un ardor me recorrió por completo y creí que me faltaba el aire. Miré a Morrigan instintivamente, levantando la cabeza.
-...¿Irlandesa...?-preguntó ella.
-No soy...-susurré.-... irlandesa...
Morrigan me arastró hasta un sitio donde puediera descansar.
-no era yo.-Comenté, rato después.
-No entiendo...
-Desde que oí aquel susurro hasta ahora.-levanté la mirada hacia Morrigan.- Alguien me ha estado controlado...
-¿Uh?¿De qué hablas?-me miró como si me hubiese vuelto loca-.Sabía que los irlandeses eran gente excéntrica, pero...
-¡Lo digo en serio!-Grité, nerviosa.- mi cuerpo se movía sólo, hablaba solo... con esa... con ese espíritu...
-Creo que deberías descansar, ¿hm?...
Me llevé la mano a la cabeza, le miré de reojo y luego me apoyé en un arbol mientras suspiraba y asentía levemente con la cabeza. Sabía que no me lo inventaba pero entonces... ¿Realmente me he vuelto loca?
out: gracias al Grial y Morrigan ;D
Lau empezó su búsqueda a las 7:31 p. m.