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sábado, febrero 21, 2009










Estaba intentando dormir, pero no lo conseguía Mi mente, de alguna manera, estaba inquieta y no pude evitar pensar que la inquietud “no me pertenecía”, de alguna manera sabía que el que estaba nervioso era el parásito que estaba en mi mente, ese tipo…
Cuando ya estaba harta de la situación, abrí bruscamente los ojos y me llevé la mano derecha al frente. Estaba apunto de gritarle algo, aunque sabía que conocía lo que pasaba por mi mente.
Por eso me mantuve en silencio con los ojos abiertos…
En ese momento apareció de nuevo aquella muchacha de cabellos largos y violetas y se me acercó.
-¿Reliak?
-¿Tú otra vez?-espeté.

Pero ella no tuvo tiempo para responderme, puesto que de golpe noté como "algo" me arrastraba hacia dentro y dejé de ser yo la que controlaba el cuerpo. De nuevo, él volvía a la carga. Pude notar que sonreía suavemente y se incorporó, quedándo sentado justo delante de ella.
-¿Pasa algo?-le preguntó, su voz parecía preocupada.
-No, no-se apresuró ella a decir tranquilizadora.-He contactado con Rosalyn, y le he pedido que sea mi guardiana.
-¿Guardiana?-preguntó él, por su tono de voz no se pudo percibir pero yo noté que se agitó aún más que antes.
-¿No te parece buena idea?-dijo frunciendo algo el ceño.-No sé pensé.. que quizá nos vendría bien un poco de ayuda.. ya sabes.. para que no tengas que hacer tu todo el trabajo...-parecia que se estuviera disculpando.
-No necesito ayuda para protegerte.-Respondió él, esta vez sí que pareció enfadado.

Sin embargo, entonces colocó su mano sobre la cabeza de ella y le sonrió, mientras decía:
-Pero si tú consideras que es una buena idea, a mi me parece bien.

Ella agachó un poco la cabeza.
-¿Seguro? No quiero que te enfurruñes ¿eh?
-No sería capaz de hacer algo como eso.-Respondió él, luego se echó a reir pero yo noté que no estaba siendo del todo sincero. Vaya, vaya con el guardían...

Ella torcio el labio en un gesto algo gracioso.
-No se yo... en fin pensé que unos cuantos guardianes a tus ordenes podrian facilitarnos el trabajo... y además Rosalyn no merecia morir en la hoguera.. así que de paso salvé a una inocente.
-¿Una inocente que hasta hace nada también era de los que querían capturarte?
-Pero sus razones eran nobles, sólo queria ayudar a su hermano...-replicó ella.
-Pues realmente espero que no transformes en guardián a todo aquel con razones nobles...

La muchacha bajó la cabeza.
-Bueno.. creo que ha llegado el momento de que salgas de ahí...
-¿Oh? ¿En serio? ¿Ya?-preguntó, luego sonrió.

¿Salir de ahí? ¿Qué planeaban hacer...? Intenté recuperar el control del cuerpo pero Reliak incluso me paralizó el pensamiento. Guiñó levemente un ojo y sonrió, mientras la miraba fijamente.
-¡¡Si!!-dijo ella alegremente.-Pero.. ¿ella sufrirá?
-Posiblemente.-murmuró.
-¿No hay forma de que no sufra?-dijo preocupada.
-Que yo nunca vuelva.

Ella frunció el ceño de nuevo.
-¿Me oye ella?
-Está inquieta desde hace rato, así que... sí.-asintió él.

Se acwrcó y tocó mi rostro con una caricia.
-Lo siento mucho Rellik.. pero.. es necesario... Espero no hacerte daño.
-¿¡Hacerme daño!?-Gruñí, pero él volvió a controlarme
-Yo también lo lamento, Rellik.-Dijo él, en mi mente.- Pero si no lo hago, la herirán. Y no puedo permitir que eso suceda. ¿Lo entiendes?
-¿... a costa de eso, debes quedarte con mi existencia?
-Sí.
-...¡Ni se te ocurra hacer algo así!

Pero, extrañamente, empezó algo en mi cuerpo que yo no pude evitar. De golpe, él dejó caer la cabeza que quedó apoyada en el hombro de ella. Tenía la respiración agitada y yo noté como de golpe un dolor agudo invadió mi pecho, pero a él también le dolía, también gruñía. Cerró bruscamente las manos, clavándose las uñas y comenzando a sangrar. Un cosquiello incómodo comenzó a hacerse cargo de mis extremidades.
Note como la mano de ella acariciaba mi cabeza con ternura.
Me estaba desvaneciendo, YO me estaba desvaneciendo. Mi mente se quedaba en blanco, entre tanto dolor. En cierta manera "yo" había "conseguido" al grial... sonreí agriamente. No podía respirar, el corazón cada vez me iba más deprisa y no podía sentir mi propio cuerpo.
-al menos... espero... que... lo hagas... bien...

De pronto...
la nada.

*******************************************************************************

Había sido duro el utilizar la existencia de aquella chiquilla para recuperar mi cuerpo, al fin, pero ni siquiera sabía si había funcionado. Ni siquiera era capaz de despertar por mi mismo. Lentamente abrí los ojos y coloqué las manos justo delante de mi rostro. Eran mis manos. Era mi cuerpo.
-¡¡Reliak!!-oí su alegre voz justo antes de que su cuerpo se abalanzara sobre el mío para abrazarme.

La abracé con fuerza, por primera vez desde hacía mucho tiempo con mi propio cuerpo.
-Bella.-Dije, al fin con mi voz de verdad.
-Te echaba mucho de menos Reliak.-dijo ella mientras una lagrimilla caía por su rostro.-Ejemmm quiero decir..-se secó la lagrima y puso gesto duro.-¡¡¿¿Donde te habias metido??!!

No pude evitar reír, sin embargo luego la miré a los ojos y me encogí de hombros.
-No tengo ni idea.-respondí.
-Ah, tengo una cosa para ti.-dijo mirandome sonriente de nuevo.
-¿Hum?-pregunté.- ¿De qué se trata?

De entre su ropa sacó una espada, la espada con la que yo solía defenderla muchos años atrás. Se trataba de una espada larga, cuyo mango tenía la forma de un dragón blanco. Mis manos fueron hacia ella por instinto, sin embargo me detuve y me puse en pie lentamente, para luego arrodillarme delante de ella. La miré a los ojos.

Ella me miró confusa.
-No es necesario Reliak...
-Debo hacerlo.-respondí,manteniéndo mi mirada en sus ojos.

Ella clavó sus ojos en los míos y cogió la espada con las dos manos colocándola de manera horizontal y me la tendió.
-Reliak... prometes protegerme fielmente, y estar a mi lado hasta que mi vida o la tuya finalicen?
-Lo prometo.-Respondí, mientras agachaba la cabeza suavemente. Tras eso, extendí mis brazos.

Ella puso la espada sobre ellas y sonrió.
-Soy afortunada.

Miré la espada, mientras me ponía en pie y luego sólo tuve que desviar un poco la mirada.
-Yo lo soy más.-respondi.

Tras un rato, me pidió que fuese en busca de Rosalyn. Lo hice. No tarde en encontrarla. estaba sentada en el banco de una plaza, leyendo un libro y como una humana normal y corriente mientras rizaba uno de sus mechones de cabello ondulados con un dedo.
La miré atentamente, luego entrecerré los ojos durante un momento. Sabía que Bella lo hacía para que yo estuviese bien, para ayudarme... Pero aún así... Suspiré y me acercé lentamente, para luego sentarme justo a su lado.
Ella ni se inmutó, siguió leyendo como si nada mientras seguía retorciendose el mechon de pelo distraídamente.
-Hola Rosalyn.- La saludé, seriamente mientras continuaba mirando al frente.

Ella me miró y posó el libro abierto sobre su regazo.
-Hola, esto... ¿nos cnocemos?
-Creo que te han hablado de mi .-respondí, mientras aún continuaba mirando al frente fijamente.- Bella, concretamente.
-Oh.. eres su guardián.
-Tú también a partir de ahora, o eso he oído.-Comenté, luego giré mis ojos hacia ella y la miré fijamente.
-Sí, así es.-dijo ella sonriendo.-Es un placer eh...
-Reliak.-Comenté.- Ese es mi nombre.
-Es un placer Reliak.
-¿Estás segura de que quieres ser una guardiana?-pregunté, de golpe.

La pregunta le pillo por sorpresa puesto que me miró con los ojos abiertos.
-Claro, se lo debo, Bella salvó la vida de mi hermano, y también la mía.. ¿a que viene esa pregunta?
-Curiosidad.-Comenté, aburrido mientras miraba hacia otro lado.

Ella frunció el ceño.
-¿Tienes algun problema con eso?
-No, pero hace mucho que no me fío de los humanos.-Respondí, luego sonreí.- Pero si Bella ha confiado en ti, yo debo hacerlo.
-Vaya...-dijo ella cerrando el libro que reposaba sobre sus piernas.-Y... ¿que he de hacer jefe?

Me tomó por sorpresa y la miré fijamente, luego desvié la mirada y me mantuve pensativo durante unos segundos.
-Mantente junto a mi durante un tiempo. Realmnete me inquieta lo que ese bastardo puede estar planeando, por lo que deberíamos de estar cerca de él por si... acaso...
-¿Te refieres a Su Santidad?
-¿A quién si no?-Me coloqué la mano derecha en la cara.- Si intenta cualquier cosa...
-Creo que su obsesion es enfermiza...
-Tiene miedo.
-¿Miedo?
-Todos sus actos están movidos por el miedo. Sobre todo, teme lo que Bella representa, teme lo que Bella es capaz de hacer.
-El pensamiento de que la iglesia deberia estar más por el pueblo y menos por la burocracia...-dijo Rosalyn pensativa.
-Está completamente aterrado. Por eso quiere que Bella desaparezca, porque podría destruir su iglesia.
-Confío en que antes de que cometa una locura sus propios feligreses se den cuenta de su demencia... no creo que a todos los miembros de la iglesia les parezca bien lo que esta haciendo.
-Es cierto, habrá quien no piense como él. Pero algunos por propio miedo, otros porque confían ciegamente en él y otros por... interés, no harán nada. Dejarán que actúe como lo desee,porque ahora mismo es una de las personas más poderosas del mundo.
-A mi me da... lástima.-confesó la muchacha.
-No me puede dar lástima nadie que quiera herir a Bella.
-Ella es importante para tí, por lo que veo.
-Debe serto también para ti.
-Sí sí... por supuesto, lo será, protegerla va a ser mi prioridad a partir de ahora.-afirmó con decisión
-Debo hacerte una pregunta, Rosalyn.
-Adelante.
-¿Hay algo que te "encadene" a la vida humana? Alguna... ¿Alguna persona?

Ella se quedó pensativa un momento y luego su rostro se entristeció.
-Debo.. ¿morir?
-No, pero quiero saberlo.
-Pues.. mi hermano supongo...
-¿Nadie más?

Rosalyn se quedó un segundo mirando a lo lejos.
-Bueno...
-¿Hum?-murmuré.- ¿Hay alguien?
-Sí.. pero él no quiere que esté en su vida así que...-sonrió con tristeza.
-¿No quiere?-pregunté, pero acto seguido suspiré, luego coloqué mi mano en su cabeza.- No te preocupes, Rosalyn.

Ella me miró sonriente.
-No es nada, me conformo con saber que estará bien.
-Será medio idiota si no quiere que estés en su vida.-Comenté, mientras apartaba mi mano de ella.-
-Gracias Reliak.-murmuró ella.
-En fin...-comenté, mientras me ponía en pie.- ¿Tienes hambre y esas cosas?
-Un poco.-confesó.
-Pues vamos, que ahora que estoy medio vivo tengo hambre.-Comenté.

Ella rió y se levantó de un salto.
-Yo te invito si quieres.
-hm...-protesté levemente, rebusqué en mis bolsillos. No encontré nada. Suspiré.- Cosas de estar muerto, no puedo volver con dinero...
-Jajaj tranquilo, yo invito. ¿te gustan las magdalenas?
-Me gusta todo lo comestible.-respondí, luego me encogí de hombros y sonreí.
-Vamos pues, ¡conozco un lugar donde venden las mejores magdalenas de Roma!
-Vamos entonces.

Supongo que para ella debe ser duro ser ahora una guardiana. Y hay alguien con el que ella desea estar pero dicha persona no la quiere a su lado. Rosalyn realmente esconde más sorpresas de las que aparenta. Así pues, debo estar pendiente para que sea una buena Guardiana y proteja a Bella. Aunque realmente creo que no es necesaria, es lo que Bella desea y no pienso negársela.