
¿Cómo puede cambiar tanto la vida de una persona en tan poco tiempo?
En menos de dos días, fui salvada de la hoguera por el santo Grial, descubrí que Yoél, aquel chico herrero que me acompañó al principio de mi camino, había cumplido su promesa de ayudar a curar la enfermedad de mi hermano si encontraba el cáliz y, lo más extraño o desconcertante de todo… me había convertido en una guardiana del Santo Grial y ahora tenia ciertos poderes especiales que todavía no conocía demasiado bien.
Reliak y yo caminábamos por las calles romanas en silencio, acabábamos de comprar un tonel de magdalenas y buscábamos un buen sitio para sentarnos a comerlas.
-Hmmm...-murmuró Reliak, luego se estiró un poco.- Esto no ha cambiado nada...
-¿Desde cuando?-pregunté.- ¿hace mucho que estuviste aquí?
-Para mi no hace tanto, pero supongo que en "años humanos" hace demasiado.-Respondió.
-Oh…-en ese momento vi un árbol perfecto que daba gran sombra.- ¿Qué te parece este sitio para merendar?
-Personalmente no suelo tener preferencias en lugares para merendar...-Comentó, luego pareció recordar algo.- Pero ese está bien.
-Vale.-Sonreí mientras me sentaba y colocaba la bolsa de magdalenas en una gran roca situada bajo el árbol.- ¡Pues que aproveche!
-Como sea...-susurró, tomó una de las magdalenas y luego se sentó, mientras apoyaba su espalda en el árbol.- ... Ah... Bella debió informarte, aunque no creo que lo hiciera. Soy algo amargo con los demás, así que no te ofendas.
-Oh no no tranquilo no te preocupes. – dije con una sonrisita.- ¿están buenas las magdalenas?
En el corto tiempo que yo hable, él había comido tres. Asintió con la cabeza, mientras tomaba otra magdalena pero en esta ocasión moderó su velocidad a la hora de comer. Sus ojos rojos se clavaron en un punto bastante lejano. Al mirar, vi a algunos inquisidores. Se les distinguía perfectamente. Sus aires de poder, el miedo que transmitían a los pueblerinos. Reliak apretó los dientes.
-Malditos inquisidores.. no se como el Papa puede hacer esto a su gente… Dios tiene que estar avergonzado de él.-murmuré mirando hacia la escena.
-Es una forma de tener atados a los "fieles".-El tono de voz de Reliak sonó algo divertido, pero supe que no lo estaba.- ... Sería genial que de golpe todos esos tipos acabasen muertos y... ... ... no...
-No… eso tampoco estaría bien.-dije entristecida.-En el fondo esas personas también son padres, hijos, hermanos, esposos…
-... No es eso precisamente lo que me detiene.-Murmuró, agachando la cabeza y frunciendo el ceño.
Miré detenidamente a Reliak durante unos segundos.
-¿Qué te detiene pues?
-A Bella no le gusta que nadie muera.-susurró, luego entrecerró los ojos.- Cada vez que mato a alguien, se entristece. Aunque intente esconderlo, lo hace.
-Eres.. muy considerado con ella.. que tierno.-dije mirándole con dulzura.
Me miró de reojo, de pronto se sobresaltó y por un momento, creí verlo colorado. Pero no me dió tiempo, giró el rostro impidiendo que le viese y se metió en la boca una magdalena entera.
-¡¡Te vas a atragantar!!- dije intentando aguantarme la risa.
-Caff... lla... teff...-respondió, para luego toser un poco.
-Vale vale me callo…-dije aun aguantando la risa.
Reliak me miró finalmente, fulminándome con su mirada, pero terminó sonriendo. De pronto oí un grito y para cuando me di cuenta, Reliak estaba de pie. Miraba al frente. Había una niña en el suelo y delante un inquisidor.
-¡¡Maldita cría!!-Chilló el hombre.- ¡¡¡Mira por donde vas!!!
-Lo siento, Bella...-Murmuró Reliak, mientras observaba la escena.
-Reliak espera quizá deberias…-no pude acabar la frase pues antes de que lo lograra Reliak ya habia matado al inquisidor, yo me acerqué a la niña que lloriqueaba en el suelo.
-¿Estas bien?- le pregunté.
-Si pero ese hombre malo me hizo pupa en las rodillas.-dijo señalándoselas, estaban ensangrentadas.
-No te preocupes, yo te curaré eso.-dije poniendo las manos sobre sus rodillas y concentrándome para curarle las heridas.
-Muchas gracias señorita.- agradeció la niña cuando acabé.
-No se merecen, pero ten cuidado la proxima vez, aléjate d ehombres como ese y vete a casa con tu mamá.
-¡¡Siiii!- dijo la niña mientras se marchaba corriendo alegremente.
Tras eso miré a Reliak.
-¿Vas a decirme algo al respecto?-murmuró Reliak, mirando a su alrededor.
Yo agaché la cabeza y empecé a caminar hacia el centro del pueblo.
-Creo que entiendo lo que siente Bella…
*OUT* Gracias Lorenyyyy n.n en fin tras medio año ( o mas) sin postear.. volvemos a las andadas, no dejemos ke los rpg's se mueran del todo va... *OUT*
Maron empezó su búsqueda a las 12:38 a. m.